domingo, 22 de abril de 2018

Universidad pública: la puerta giratoria de los políticos de ‘segunda’

José Penalva analiza la podredumbre de la universidad pública en España y todo lo que esconde. 
Lo cual, no es nada sorprendente, conociendo que la principal procedencia de los políticos en España es la propia universidad pública. Clientelismo, corrupción, falta de transparencia, fraude, falsificación de gastos para justificar más dinero, endogamia...
Y por supuesto, nada de esto va a cambiar, persiguiendo y cortando a nivel profesional no a culpables, sino a los que lo denuncian dentro del sistema.

Artículo de Voz Pópuli: 
Campus de Vicálvaro de la Universidad Rey Juan Carlos de MadridCampus de Vicálvaro de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid M.A
Sorprende que no salgan más casos de corrupción en la universidad. Pero de todos los partidos políticos. Lo que se ha visto es sólo la punta de iceberg. Todos los profesores que están dentro de la universidad pública española conocen esas prácticas. Todos. Pero nadie lo denuncia. Te dicen: “¿Qué puedo hacer? Tengo hijos y una familia que sacar adelante”. Y lo más grave todavía no ha salido a la luz. Como lo siguiente.
Engordar el expediente académico de hijos de profesores, de compañeros del partido político y de los sindicatos, de amigos; falsificar los gastos de fondos que se dedican a la investigación y a proyectos diciendo, por ejemplo, que se ha hecho una investigación cuando, en realidad, no se ha hecho; dedicar dinero a viajes personales o de ocio, a comilonas…; profesores que se aprovechan de los trabajos de los alumnos máster y de doctorado para engordar su propio currículum; etc., etc.
Y la madre de toda esa corrupción: los órganos de gobierno de la universidad contratan como profesores a amigos, familiares, amigos del partido político y sindicato. El clientelismo, eso que el Presidente de la CRUE llama “endogamia positiva”. Así justifica que el 98% del profesorado que contrata la universidad pública sea fruto de la endogamia. Y, por ello, los profesores e investigadores mejor preparados tienen que abandonar España. Esa es la madre de la corrupción: la endogamia, y su hermana gemela: la falta de transparencia.
Pero lo más triste no es eso, ni es el máster de Cifuentes. Lo más triste es la gran mentira de los másteres. Los rectores saben, la CRUE sabe, que se están impartiendo másteres que no tienen ninguna salida, que no sirven para nada, que sólo sirven para sacarle el dinero a los estudiantes. Hay estudios que indican que en torno al 70% de los másteres que imparte la universidad no sirven para nada, que no tienen salida alguna. ¿No es eso una forma de fraude? Eso lo sabe la CRUE, Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas. ¿Y por qué no lo denuncia? Ah, amigo, no lo denuncia porque, si lo denuncia, se acabó el chiringuito.
Puertas giratorias
El despilfarro del dinero público en la universidad es monumental. Si la gente se ha escandalizado con las tarjetas black, mucho más se escandalizará si conociera lo que se hace con el dinero que despilfarra la universidad pública. El despilfarro es colosal. Y las universidades públicas son sistemáticamente rescatadas por los gobiernos de las Comunidades Autónomas. El mismo problema que ha hundido a las Cajas de Ahorro (la politización y el despilfarro del dinero público) es la misma causa que ha hundido la universidad pública. La universidad, en España, es la principal puerta giratoria de los políticos “de segunda categoría”, que son legión. Los principales dirigentes políticos van a las empresas eléctricas, etc. Los mediocres, que son legión, han estado favoreciendo a las universidades, para guardarse un puestecito cuando se vayan de la política.
¿Y quién está pagando toda esa fiesta? Los alumnos, con las tasas y con la obligación de cursar unos másteres que no sirven para nada. Los alumnos están pagando ese despilfarro. Triste. Muy triste. Ese es precisamente el principal problema de la juventud española hoy. Eso explica porqué se ha quemado su futuro, y quiénes lo han quemado. La crisis económica vino para quedarse: España no podrá remontar la crisis, porque está en una crisis estructural. No puede existir fuerza productiva si no hay motor de universidad. Y en España no hay universidad. Lo que hay tiene otro nombre.
La actitud de los rectores en el caso de la URJC
La CRUE está preocupada por si este caso destapa la caja de los truenos y empieza a salir de verdad el fango. Más que expulsar a los que han cometido esas corrupciones, van a represaliar muy duramente a quien ha filtrado la noticia, para que sirva de escarmiento a aquellos que piensen filtrar más datos, sobre otros casos. La práctica habitual del gobierno de la universidad (y de todas las instituciones públicas de España) es esa:machacar al que denuncia la corrupción, para que sirva de ejemplo a los demás.
Sé bien de lo que hablo. Cuando denuncié ante el rector la corrupción que existía en la Universidad de Murcia, éste me abrió expediente a mí, tapando así la suciedad. ¿Qué hice yo entonces? Publiqué el libro “Corrupción en la universidad”, y, de seguido, el rector me abrió otro expediente, para echarme de la universidad. Y quien ejecutó esa cacería fue Carmen Ruiz Llamas, la inspectora de Servicios de la UM. Cuando todo esto ocurrió, Ángel Gabilondo era el Presidente de la CRUE. Gabilondo, el que ahora se rasga las vestiduras por lo del máster de Cifuentes. Por eso, no creo que sea casual que el actual Presidente de la CRUE haya nombrado a esta inspectora —reputada experta en machacar a quien denuncia la corrupción— como observadora “externa” de la URJC. El objetivo, no me cabe duda, es atajar el asunto para que no se filtre más información a la prensa. Por tanto, amigo, el problema no es Cifuentes, ni la URJC, sino la CRUE.

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